¿Qué tan cerca podemos estar de alcanzar el éxito?
Es normal que al intentar iniciar un emprendimiento o nuevo proyecto en nuestra vida nos topemos en el camino con algunas trabas y obstáculos que muchas veces nos desaniman.
Tenemos una gran ilusión: lograr esa libertad financiera que nos permita tener mejores ingresos, o alcanzar es ascenso en la empresa, ingresar a la universidad, casarnos, etc.
Pero esa energía a veces se nos agota, lo que hace que muchas personas, con grandes sueños, vayan quedando en el camino, sin haber logrado su gran objetivo.
Me gustaría contarte lo que le pasó a Alexander Graham Bell:
Muchas personas afirmaron haber inventado el teléfono antes que Alexander Graham Bell.
Entre los que afirmaban tener patentes anteriores estaban Gray, Edison, Dolbear, McDonough, Vanderweyde y Reis.
Philipp Reis fue el único que, al parecer, estuvo cerca del éxito. La pequeña diferencia, que resultó ser una gran diferencia, fue un solo tornillo. Reis no sabía que, en caso de haber girado el tornillo un cuarto de vuelta, hubiera transformado la corriente intermitente en corriente continua. ¡Y entonces hubiera alcanzado el éxito!
En la causa seguida ante el Tribunal Supremo, éste señaló:
Que Reis sabía lo que había que hacer para transmitir el lenguaje por medio de la electricidad es de todo punto evidente, puesto que en su primer escrito decía: “En cuanto sea posible producir, en cualquier lugar y de cualquier manera, vibraciones cuyas curvas sean las mismas que las de cualquier tono o combinación de tonos determinada, recibiremos la misma impresión que aquel tono o aquella combinación de tonos hubieran producido en nosotros”
El tribunal añadía:
Reis descubrió como reproducir los tonos musicales, pero nada más. Podía cantar a través de su aparato, pero no podía hablar. Desde el principio hasta el final, él mismo lo ha reconocido así.
Reis jamás pensó en ello y no logró transmitir el lenguaje telegráficamente. Bell lo hizo y lo consiguió. En tales circunstancias, resulta imposible afirmar que lo que hizo Reis fue una anticipación del descubrimiento de Bell. Seguir a Reis es fracasar; en cambio, seguir a Bell es alcanzar el éxito. La diferencia entre ambos es simplemente la diferencia entre el fracaso y el éxito. Si Reis lo hubiera seguido intentando, tal vez hubiera hallado el camino del éxito, pero se pasó y fracasó. Bell reanudó su tarea y logró un afortunado resultado.
Pero, ¿qué tan cerca podemos estar de alcanzar el éxito?
Nunca lo sabremos a no ser que lo sigamos intentando, tal vez está a la vuelta de la esquina o, como en el caso de Bell, solo a un cuarto de vuelta de un tornillo.
La clave aquí es la persistencia. Debemos seguir intentándolo a pesar de los errores. No veas tus caídas como fracasos, sino sólo como lecciones que te están acercando cada vez más al éxito que tanto estás buscando.