Cuando se toma la decisión de perdonar no lo hacemos por la otra persona, tienes que pensar que lo haces por ti, porque necesitas sanarte.
Perdonar te libera. Perdonar te ayuda a seguir con tu vida.
Puedes elegir no perdonar y vivir con esa carga emocional por el resto de tu vida, pero te va a traer consecuencias. Vas a estar viviendo en la amargura y el resentimiento y puede que incluso influya en tu personalidad, afectando la vida de tus seres queridos.
Por otro lado, puedes elegir soltar esas emociones negativas, sanar tus heridas, superar las malas experiencias vividas, volver a confiar, mejorar tu inteligencia emocional y disfrutar de los beneficios del perdón.
No perdonas porque la otra persona merece tu perdón. Perdonas porque TÚ mereces paz.